Escrito por Allison James 03 mar. 2015
Traducido por Grace Frank Método Grief Recovery México

¿Has oído este dicho?

“Ríe y el mundo reirá contigo, llora y llorarás solo”

¿Qué tal estas frases?

• “Si vas a llorar vete a tu cuarto.”
• “Deja de llorar o te voy a dar una razón para que lo hagas”
• “Las niñas grandes no lloran”

Todos esos dichos enseñan a los niños el mensaje de que los sentimientos de felicidad son buenos mientras que los de tristeza no son aceptables.

¿Cuál es el problema?

Piensa acerca de los niños pequeños en tu vida. Ellos probablemente ríen cuando están contentos y lloran cuando están tristes, ¿cierto? No tienen ningún problema para demostrar los sentimientos que tienen en algún momento. Esa es su naturaleza y es normal.

Los niños son moldeados por lo que ven y escuchan de los adultos en sus vidas, además de lo que ven en la televisión y las películas. Alrededor de los tres años, él o ella habrán observado y almacenado el 75% de toda la información que almacenarán en sus vidas. Ese número aumenta hasta el 95% para cuando llegan a la adolescencia. 

Los adultos transmiten a los niños la forma que a ellos les enseñaron para manejar los sentimientos de tristeza sin detenerse a pensar si les ayudará a los niños. Cuando los adultos desalientan a los niños que quieren llorar, o hablar acerca de sentimientos negativos, los niños rápidamente se dan cuenta que los sentimientos de felicidad son aceptables mientras que hay que evitar los sentimientos tristes o negativos. 

El problema es que al esconder los sentimientos normales de tristeza, limitarán su capacidad para ser felices. 

¿Cuál es la solución?

1. Dejar de usar las frases que desalientan la expresión de sentimientos tristes.
2. Cuando un niño llore hay que peguntarle ¿Qué paso? Y después escucharle. 
3. Se una persona de confianza con quien tus hijos puedan hablar cuando se sientan tristes.
4. Enseña con el ejemplo. Si necesitas llorar hazlo enfrente de ellos.
5. Acepta su tristeza.
6. Comparte tus experiencias.

Poe ejemplo: La próxima vez que veas a un niño caerse y rasparse la rodilla trata de decirle algo como:
“¡Ouch, eso debe doler! Me acuerdo cuando tenía tu edad y me raspaba la rodilla, se siente muy feo.”

Si tu hijo regresa llorando de la escuela pregunta, “qué pasó?” Escucha su respuesta sin interrumpir. Cuando termine de hablar di: “Te debes sentir muy triste”.

Cuando te sientas triste por alguna razón, está bien que tus hijos se den cuenta que te sientes triste, así aprenderán de tu ejemplo.